En ocasiones debemos
dejar llorar al alma.
En ocasiones debemos
sollozar en silencio
y sentir resbalar
lágrimas curativas en la mejilla.
En ocasiones debemos
volar con la mente a ninguna parte.
En ocasiones bajamos
los brazos
mientras el corazón
reúne fuerzas para levantarlos.
En ocasiones el
letargo de la cueva
renueva el entorno y
la perspectiva.
En ocasiones los pasos
a ninguna parte sorprenden,
llevándonos
exactamente al lugar indicado.
En ocasiones son los
días grises
los que colorean de
luz el amanecer de mañana.
En ocasiones son las
miradas vacías
las que te abren los
ojos.
Son las manos vacías
las que al encontrarte
te llenan.
Son las caricias
ausentes
las que te arropan
bajo las sábanas.
En ocasiones…
es tu falta de yo la
que te encuentra…