jueves, 26 de julio de 2012

Razones


Por las historias.
Por los personajes que desde ese lado me toca vivir.
Por las mil razones que solo el lector conoce.
Por las almas que necesitan viento.
Por el viento que mece las almas.
Por lo que son.
Por lo que pudieron ser.

Por la noche que necesita una estrella.
Por la nube que necesita un sol.
Por el triunfo de la derrota.

Por las heridas que no se curaron.
Por cicatrices que vuelves a abrir.
Por hacer de las palabras bálsamo.
Por necesidad, como vivir.

Por eso escribo.

martes, 24 de julio de 2012

Vientos de Alma también en Twitter...


¡¡¡¡Vientos de Alma ya está en twitter también!!!!

@vientosdealma

No estamos dormidos


Se empeñaron en matarla pero no pudieron.
Intentaron convertirla en un artículo de lujo.
Pero no se dieron cuenta. El lujo reside en tenerla.

Llegaron tarde.
Hace tiempo que nos dimos cuenta en la falsedad
del “borreguismo deslustrado”

Aquí se lee. Aquí se piensa. Aquí se opina.

Qué fácil es manejar un pueblo que no lee.
Que no piensa.
Que no opina.

Pero no es el caso.

La cultura no debe ser nunca un lujo.
Cierto es que la misma industria a veces hace guiños hacia ese rumbo sin norte.
A ver si estos tiempos nos llevan a no perder nunca ese horizonte.

Un pueblo culto es un pueblo sabio.
Y no culto en cantidad medible y tangible de conocimientos académicos.
Culto y sabio en conocimientos de los de verdad. De los de saber.
Del verdadero conocimiento, el de conocer.

Conocer realidades. De aquí y de allá.
Conocer lo que el mundo nos alcanza a descubrir.
El mundo de allá y el de aquí.
El mundo lejano. Pero también el cercano.

Nuestro mundo de escalera. Del rellano.
Nuestro mundo particular de balcones y corralas.
Nuestro mundo de oficinas, fábricas y empresas.
De minas y servicios.

De colegios, de vecinos, de ascensores…

Nuestro mundo de mercado.

Bajen el culo de sus lindos tronos de metales preciosos.
Que su gente no está dormida.
Que su pueblo es culto, muy culto.
Que sus gentes son sabias, muy sabias.
Que cuentan con la grandeza de cada metro cuadrado
de nuestras ciudades y pueblos.

Que no hay mayor incultura que su incultura “mandataria”…

jueves, 19 de julio de 2012

Tiempos de crisis


Frágil como un murmullo helado.
Se distingue su silueta
en una sombra perdida
sobre el asfalto.

Todo se ha dado la vuelta.
Todo está ahora del revés.

Quisiera coger las riendas.
Alarga la mano al frente
pero no las alcanza.

Ve la vida pasar delante de sus ojos
como un vagón a veces ajeno.
Otras se ve sentada en el vagón
sin saber bien el destino.

Pero el dinero no alcanza
y su crisis es de identidad.

Tiempos ajenos de vidas propias
vividas por otros que por ella deciden.
Anuncios de empleo que no la buscan.
Perdida en el fondo de un negro amanecer.

Sus pies paran de pronto
sin saber muy bien quién dio
la orden.

Mira con ternura infinita a su pequeña
que con la sabiduría y oportunidad
que solo tienen los niños,
aprieta su mano.

El aire vuelve a entrar poco a poco en sus pulmones.

Se sientan juntas en el banco del parque.

Su pequeña coge el periódico y, con aire decidido, pregunta:

Mamá, y de reponedora ¿qué tal nos viene?

domingo, 8 de julio de 2012

Mi vieja


Su mirada tiene duende
La profundidad de sus ojos invita a perderse
Ojos cansados.
Pero de cansancio vivido.

Ojos que todo lo saben de tanto mirar.
Ojos a los que circundan arrugas de experiencia.
Surcos de ayeres.

Su mano temblorosa se acerca a la mía.
En aquel rincón de la mesa camilla.

Que manía con lo de tercera edad.
Para mí es la que tengo.
Ni primera, ni segunda.
La que tengo.

Simplemente tengo la edad de vieja.

Esa frase viene hoy a mi memoria.
Sabiduría engarzada en cada palabra.
En cada gesto.

Cada vez que abría la boca
mi instinto de aprendizaje me hacía callar.

Hoy desempolvé una vieja fotografía.
Una fotografía de una vieja.
Con edad de vieja.
De mi vieja.
De mi vieja abuela orgullosa de sentirse vieja.

Sonriente.
Feliz. Feliz con la mirada de vieja.
Con la vejez de 93 años.
Con su vejez de juventud vivida
y ansiosa de vivir.

Un beso fuerte, mi vieja.