Estela de plata en tiempos
dorados
antaño tiempos de vapor y
carbón.
Confesor traqueteante de
cientos de historias
de secretos de almohada y
alcoba
de silencios parlantes
de estaciones calladas
Zigzagueas señorial por
railes de esperanza
por railes que llevaron y
vieron partir
por caminos y sendas de
bosques frondosos
por estepas plagadas de
sueños
En la estación esperaron
otrora
Penélopes de mirada
perdida
viajantes llevando maletas
cargadas de vida y
nostalgia
La noche en el Talgo cama
traqueteando mi sueño
hasta mecerme dormido
sobre la luna de plata
Historias de vida que
debieron partir
historias de vida de los
que se fueron
historias de vida de los
que llegaron
historias de vida de los
que esperaron
Tiene tu esencia un aroma
especial
ese embrujo de la vía que
serpentea
ese brillo de los mundos
que puedes unir
esa noche en la mañana…
Sigo parando junto a la
vía
sigo sentado en el andén
para verte pasar
sigo sintiendo la piel de
gallina
cuando oigo de fondo tu
traquetear
Destinos escritos sobre
tus senderos
juventudes soñadas en cada
vagón
añorantes y sabios
ancianos y fuertes
Hoy en Atocha me sumo a tu
historia
durante una hora te quiero
escuchar
sentir tus quejidos al
tomar la curva
sentir tus compases en
cada chirriar
Miro por la ventana como
se inclinan
a tu paso señorial
los árboles del camino
las plantas de tu silbar
Estela de plata en tiempos
dorados
antaño tiempos de vapor y
carbón.
Repiquetea la lluvia en la
ventana
melodiosa y complaciente
arropando tu camino
que ahora es el mío