Frágil como un murmullo
helado.
Se distingue su silueta
en una sombra perdida
sobre el asfalto.
Todo se ha dado la vuelta.
Todo está ahora del revés.
Quisiera coger las
riendas.
Alarga la mano al frente
pero no las alcanza.
Ve la vida pasar delante
de sus ojos
como un vagón a veces
ajeno.
Otras se ve sentada en el
vagón
sin saber bien el destino.
Pero el dinero no alcanza
y su crisis es de
identidad.
Tiempos ajenos de vidas
propias
vividas por otros que por
ella deciden.
Anuncios de empleo que no
la buscan.
Perdida en el fondo de un
negro amanecer.
Sus pies paran de pronto
sin saber muy bien quién
dio
la orden.
Mira con ternura infinita
a su pequeña
que con la sabiduría y
oportunidad
que solo tienen los niños,
aprieta su mano.
El aire vuelve a entrar
poco a poco en sus pulmones.
Se sientan juntas en el
banco del parque.
Su pequeña coge el
periódico y, con aire decidido, pregunta:
Mamá, y de reponedora ¿qué
tal nos viene?
Es curioso como al escribir puedes hacer de lo cotidiano algo extraordinario!! Buenísimo Rafa!
ResponderEliminarGracias VF!!!!!
EliminarSiempre genial...Rafa
ResponderEliminarGracias Nieves!!!
EliminarPrecioso como siempre,me encanta la pregunta de la nena: Mamá, y de reponedora ¿qué tal nos viene? bss
ResponderEliminarGracias Ángeles!!!!
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