Mientras el sol se oculta señorial entre las montañas sintió
una punzada de ocaso entre sus venas.
Sonrió mientras pensaba como, en cierto modo, nunca se había
parado a reflexionar en su ocaso.
Por primera vez lo sintió agudo.
Y se sorprendió cuando fue una sonrisa lo que se asomó a sus
labios.
Pensó que sería más lógico sentir tristeza o desazón.
Pero no era así.
Era una sensación de plenitud y satisfacción lo que recorría
su cuerpo.
Comparó, durante un breve instante, esa sensación con la del
trabajo bien hecho.
Y aquella leve sonrisa se convirtió en carcajada…
No hay comentarios:
Publicar un comentario